Benedicto
XVI, Rajoy, Rubalcaba o Steven Spielberg son alguno de los ejemplos más
notorios de la importancia que tienen las redes sociales. Como hemos visto en
clase las redes sociales son un elemento indispensable para la sociedad del S.XXI.
No sólo establecen un medio de comunicación sino diversos vínculos afectivos ya
sean entre familiares, amigos o desconocidos. La mayoría de la población joven y
parte de la adulta están registrados en alguna página que se denomina como red
social.
Este
lugar o territorio virtual engloba a diferentes grupos de personas que tienen
algo en común entre ellos: su amistad, los que buscan ``el amor´´, amantes y
detractores del toreo o simplemente aquellos que tienen el pelo de color rubio.
Para darnos cuenta de su alcance sólo nos basta con observar el ranking de las
páginas más visitadas, en el cual tres redes sociales se cuelan en las 10
primeras posiciones. Estas páginas permiten la comunicación entre
usuarios, el visionado de imágenes que alguien pretende compartir con el resto
del mundo o simplemente para algunos ofrecen ocio.
Sin
embargo, las redes sociales tienen una cara oculta. Esta visión objetiva de las
redes es muy alarmante. Al registrarte en alguna red social estás cediendo
derechos plenos e ilimitados sobre todos los contenidos que alojen la
plataforma. Facebook, la red social de mayor importancia a nivel mundial con más
de 400 millones usuarios, ha confesado que ha sufrido en ocasiones problemas
que vulneraban la privacidad de sus usuarios. En conclusión, las redes sociales
son un arma de doble filo, por un lado permiten el desarrollo, la comunicación
o conocer a personas con hobbies similares a los tuyos pero toda rosa
tiene su espina y las redes sociales pueden ser una herramienta muy peligrosa.
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